lunes, 16 de junio de 2014

El lupus feroz






"Y entonces el Lupus se apodero de mi. Llegó ferozmente devorando sin piedad: rodillas, tobillos, caderas, muñecas, dedos, cabeza, riñones, proyectos, ilusiones, amigos, trabajo... Cambiando el final de mi cuento soñado"

Imaginad el dolor que se produce al tener una lesión como puede ser un esguince y a eso le sumas una fuerte gripe. Mis articulaciones estaban inflamadas y doloridas. Los dedos de las manos se retorcieron porque la inflamación de los tendones me impedían estirarlos. Cualquier actividad de la vida cotidiana se convertía en un reto que no era posible cumplir. Todo eran barreras. No podía abrir puertas, ni botes, ni siquiera coger algo tan ligero como una sábana para taparme. Dependía de mi hermana porque prácticamente me lleve un año impedida por el dolor. Todo acompañado de febrícula en unas ocasiones y fiebre en otras. La fatiga era extrema, todo el día agotada. Partes blandas sufrían esa inflamación como párpados, labios, cuero cabelludo, espalda sobre todo alineada con la columna. Las aftas (llagas) en la boca eran continuas. Ante todo lo que sentí fue impotencia, todo mi cuerpo era puro dolor. Para colmo una infección tremenda en el primer dedo del pie casi llega al hueso, porque mi sistema inmunológico no era capaz de luchar contra esa infección. El tratamiento poco aliviaba, pero lo realmente importante no se  veía. En principio una nefritis lúpica. La ciclofosfamida parece que hizo poco efecto en mis riñones. A pesar del control del equipo médico, en el cual deposité mi confianza y mi vida no fueron capaces de salvar mi función renal.


No todos los casos de lupus son iguales, es decir, no tiene porque ser tan devastador como es mi caso. Para nada quiero trasmitir negatividad, solo la realidad de mi enfermedad.
Una enfermera me dio las palabras claves "es una autentica putada" palabras duras pero...mas dura soy yo.


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